martes, 2 de abril de 2024

 

Un emprendedor es: ¿Vendedor o tomador de pedidos?

 

 

Continuando con el tema de la Escuela de Negocios para emprendedores, tenemos que hablar, definir de acuerdo a la experiencia, que es un emprendedor: “Un vendedor o tomador de pedidos”. Lo que permitirá realizar una diferencia esencial para determinar otra debilidad que enfrenta el emprendedor, motivo por el cual el emprendimiento no florece, no da el fruto de liquidez, reactivar la economía, generara empleo.

 

Como se había definido que las ventas son los pies de un emprendimiento, pero hay que saber caminar, alguien debe enseñar a caminar, caso contrario el emprendimiento muere.  Es muy similar cuando los niños por lo general entre un año a dos años empiezan a dar sus primeros pasos tembleques, mientras la madre da los ánimos, el aplauso, extiende las manos, un paso más. El niño con su balbuceo da un paso y recibe la recompensa, el abrazo y beso de la madre, su líder y mentor. La pregunta que espera respuesta: ¿Quién actúa como líder y mentor en los emprendimientos?

 

 Sí, el emprendedor no sabe caminar. ¿Qué vende? Quien se atreve a dar las respuestas: La Cámara de Comercio, La Cámara de Industria, La Cámara de Artesanos, La Cámara de la pequeña Industria, La Academia, alguna Cartera de Estado. Las palabras se callan, un alzheimer comercial, el trastorno mercantilista de olvidar el concepto de comercio y sus orígenes, el efecto de producir y comercializar un producto o servicio.

 

Como las palabras siguen calladas, sin sonidos, sin melodías, no hay el susurro al oído “si se puede”, no aprende a caminar dará pasos porque los debe dar, sale a vender como un derecho, obligación, que le ayuden, extendiendo la mano de una compasión, frente a la competencia de un mercado que espera ser atendido con un servicio de calidad, eficaz, valores y desarrollo técnico, familiar y social.

 

El emprendedor que improvisa en querer vender, la expresión de una excusa o conformidad a la realidad que se encuentra el emprendimiento. El ruego para hacer realidad de dar el primer paso para vender. Pero termina convirtiéndose en un tomador de pedidos sin vender. Similar a la obra literaria “EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA”, donde los valores y la integridad entran al olvido. Un producto sin comercialización, sin valor agregado.

 

Un emprendimiento sin identidad, si comercio, es un tomador de pedidos, de no aprender en cada No que recibe, el miedo al fracaso, al que dirán. Donde el emprendimiento se queda sin la verdadera “CADENA DE VALOR”, el nerviosismo de vender, sin determinar el costo de vender.

 

La realidad que el emprendedor se convierta en un tomador de pedidos, el daño que causa para su propio ser. Dejar de soñar, esperar la limosna de un organismo, institución, de acuerdo a sus requerimientos para entregar un donativo. No permite que las rices se fortalezcan en buena tierra, tierra fértil para cubrir la demanda insatisfecha de la ciudad y provincia.

 

El vendedor crea un emprendimiento por necesidad, por una resiliencia de coraje, de fortalecerse en Dios como padre, que la constancia, la fidelidad, el tomar riesgos de ir solo rompiendo paradigmas, esquemas, moralismos, dar el ejemplo que “SI SE PUEDE”. Se aprende a llorar no como soberbia, más de formar líderes y mentores para vivir en el servicio, servir al otro como verdadero prójimo.

 

Retomando el ejemplo del niño que empieza a caminar porque tiene la sombra y cree que su madre, estará ahí, que lo protege. El emprendedor debe creer en su familia (esposa e hijos), el pilar fundamental para que florezca, de su fruto apetecible, las ganas de seguir luchando, seguir fortaleciendo en las alianzas estratégicas.

 

Un verdadero vendedor es emprendedor, un verdadero vendedor es solidario, un verdadero vendedor es el servidor de un cliente, un verdadero vendedor cubre una necesidad. Más el tomador de pedidos no es emprendedor, vive las pasiones, del momento que puede hacer una maldad, planifica en crear un telón para tapar sus propios sueños.

 

 

El emprendimiento no son ilusiones, ni espejismos, son tropiezos, caídas dolorosas, con el afán de hacer realidad un sueño, vender soluciones, caminando al ritmo del aprendizaje, del discernimiento para tomar decisiones. El vendedor es evangelizador, que habla con el poder de la palabra, con el ritmo de la verdad. La verdad es Dios.

 

Tú decides ser vendedor o tomador de pedidos.

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