lunes, 31 de julio de 2023

Tengo cáncer. ¿Qué hago?

 

El hombre desde el momento que nace se debe enfrentar en su diario caminar: La enfermedad, la vejes y la muerte. Nada bonito para la razón del hombre, siempre se las evade, se crean cortinas de inteligencia, de viveza, en definitiva, es no entrar en el sufrimiento, en la muerte óntica del ser.

 

Sabemos que tenemos que morir, la muerte física de una manera razonada es aceptada, con sus berrinches, pero a la final hay una resignación. Pero la muerte óntica es la más fuerte, porque has perdido la esperanza, que al final del túnel hay una luz, está Dios, que ha vencido a las tinieblas, a la oscuridad.

 

Hay que vivir, experimentar, sentir el espíritu para gritar a los cuatro vientos, así quedar libre para vivir una enfermedad o vejez.

 

Por lo general la enfermedad llega con la vejez, que también es aceptada a su manera, pero cuando llega en plena juventud, en plena flor de primavera, se presenta otro escenario, otra tristeza de cuestionamientos y respuestas que se quedan en el razonamiento de la mente, para alterar al sistema nervioso, generando derrames, paro cardiorrespiratorio que afecta al corazón de forma brusca, etc. Empieza el conteo de los días, las horas, que puede llegar la muerte.

 

Cristianamente se puede expresar “estoy preparado”, salen a flote los miedos, él porque, o empiezo a vivir la tristeza. Pero se complica el comportamiento al recibir la noticia “tengo cáncer”. El error del hombre en pensar que el cáncer acaba con la vida. Puede acabar, pero no puede matar al Espíritu.

 

Se presentan dos momentos de la vida: El primero que el cáncer de una enfermedad nos da un tiempo, para matar el cáncer de la avaricia al poder, el cáncer de la ira, el cáncer del egocentrismo, el cáncer de no saber amar. El segundo momento es el Dios creado  por el hombre se viene abajo, se desploma y se lleva el viento, desvelándose la mentira que el hombre crea a Dios, que la inteligencia esclaviza con la terquedad que la razón es primero.

 

El conocimiento científico puede mejorar e incluso sanar el cáncer, pero llega el tiempo perfecto que Dios da al hombre para el acto de contrición, pasar del arrepentimiento lucrativo, del cáncer de los placeres, al arrepentimiento sincero de volver a nacer ya de espíritu, donde la palabra vuelve a tener vida, donde Jesucristo empieza actuar, para cumplir la misión encomendada antes de nacer.

 

La vida es eso ser otro Cristo, que debe morir un inocente para dar vida al otro, el que vive endiosado en su cáncer de idolatrías, esclavo de sus propias conquistas, con el ego que es un mentor, que tiene que ser un referente. Es el problema el SER, que absorbe toda la sabiduría de Dios para que el hombre viva en la desnudez de no saber amar, para salir a buscar nuevos dioses, nuevas idolatrías, llantos de soberbia, de mala suerte.

 

La necesidad que llegue el cáncer real para cortar a las idolatrías de raíz, para vivir la conversión. El dolor más profundo que el dolor de parto, porque sabes que llega una vida, mientras este dolor cáncer es para salvar una vida, salvarle de la muerte óntica del ser, que sea libre y pueda volver a vivir, con decisiones de construir familia.

 

El verdadero cáncer es el dolor que cala en la profundidad, para volver a tener esperanza, ser testigo del amor de Dios, dar la buena noticia aquel que está entrando en la oscuridad, en la eutanasia.

 

Tengo cáncer para volver a vivir, para dar testimonio que Dios existe, de vivir la Pascua de resurrección. El hombre viejo queda sepultado, nace el nuevo éxodo, la nueva tierra fértil.

 

En esa libertad, del libre albedrio, el hombre tiene dos opciones: Ser frio o caliente.

 

¿Tengo cáncer para qué? 

domingo, 30 de julio de 2023

 

La libertad de expresión y el miedo de expresar.

 

Unos de los parámetros más importantes, para un desarrollo y crecimiento del hombre es tener una libertad de expresión. El mismo que se encuentra protegido por la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo artículo 19 señala:

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

 

Expresar el sentimiento de una voz de protesta, de un eco que necesita ser escuchado, de la esclavitud que vive el hombre, una esclavitud de conocimiento, educación y de convivencia.

 

Al decir conocimiento nos referimos al conocimiento científico, de una educación de calidad en beneficio de ser visionarios, soñadores, emprendedores, de romper paradigmas, de abrir nuevos caminos en la vida, para dejar huella, una huella de Fe y esperanza. Pero se vive todo lo contrario, un aprendizaje repetitivo sin el verdadero rol de un servicio para la sociedad, un servicio de liderazgo y mentarías.

 

El hombre deja de ser analfabeto, aprende a leer y escribir, pero no sale de la ignorancia a pesar de la tecnología del siglo XXI. Se encierra en una burbuja de saber y no saber, donde el miedo a lo desconocido y a su vez a su propia identidad, hace no que vea la realidad, el norte y termine viéndose su propio ombligo, encarcelado en su YO, un ego de esclavo sin poder expresar su impotencia de no tener un aprendizaje que le haga competitivo, quedándose marcado como una impronta, no puedo, sin libertad de conocimiento y aprendizaje.

 

Como no hay libertad de aprendizaje, tampoco hay una libertad de investigar, se esfuma y quedan los silbatos de lo que pudo ser, del olvido. Llegan nuevos actores de una democracia, el populismo, la demagogia, confundiendo al hombre como conocimiento científico, pero la realidad es otra, el cansancio, de vivir el ocaso de la existencia, termina vendiendo su primogenitura, su vida por el plato de lentejas, que representa la sabiduría y discernimiento para tomar decisiones. Ha perdido su libertad de expresión.

 

El hombre esclavo de las cadenas invisibles, ya no tiene una meta, le invade la ira, por tener competencia. El egoísmo racional lo mío es mío, se destruye el derecho real de la comuna, la asociatividad del bien común, para convertirse en el financista de un desarrollo mercantil, sin piedad, sin el derecho de expresión.

 

No hay información, ya no tiene nada que escuchar el hombre, oír sí.  Oye los latidos de dolor de una madre, de un hijo, del pueblo que grita, sin libertad para expresar su eco de ser humano.

 

Como remedio al cáncer de la libertad de expresión, crean las leyes, los derechos de ser escuchados, pero la parte auditiva se ha perdido, hay la sordera gubernamental, la sordera política, sordera económica y social. Se debe comprar los audífonos, pero quien los compra, el gobierno, el empresario, el político, los tres mosqueteros que defienden su libertad de expresión ante el pueblo que grita ser escuchado.

 

 

 

Necesitamos romper las cadenas invisibles de la razón, de la manipulación del conocimiento. De volver a construir familia, recuperar la identidad de hombre, para pisar en tierra fértil, dejando huella, para las nuevas generaciones.  

 

Que la verdadera libertad de expresión sea el puente entre el conocimiento científico y la sabiduría, para un desarrollo, destruyendo así al politiquero, populista y demagogo, que siempre cobijados por la ley y derechos de su autoría han jugado con la esperanza de un pueblo.

 

La libertad de expresión es el eco de un pueblo, el derecho de expresar y construir sobre la roca sólida, de vencer el miedo y ser libres. 

lunes, 24 de julio de 2023

 

Jornada Mundial de la Juventud, Lisboa 2023.

 

El hombre siempre está en la búsqueda constante de la verdad, el motivo del porqué del sufrimiento, de los tropiezos, sobre todo de la diferencia de clases sociales. Respuestas que no son encontradas o satisfactorias a la razón del hombre, que a su vez repercute de entrar en la soledad, el dialogo de la razón, originando un monologo, preguntas y respuestas, de las circunstancias de la vida.

 

Caminos que construye el hombre por la búsqueda de la verdad, razonando las cosas ya razonadas, construidas por la vida o la naturaleza misma. Pero el tiempo al tiempo, el hombre tiene una verdad, que está ahí de ser aceptada o rechazada, en la libertad absoluta, el libre albedrío de tomar decisiones.

 

Ese vacío que lleva el hombre, de no poder saciar, llenar la fuente de la vida, por tener la ausencia de Dios, llega la alegría de encontrar el norte, el amor, cuando autorizo a Dios que entre a mi vida.

 

Encontrarse con Dios, es recobrar la vista, volver a escuchar, encontrar el tesoro que cambia la vida, de respirar vida. La vida es vida cuando tú sabes vivir vida, sabes reír, sabes cantar, sabes gritar, pedir auxilio que la vida se va. Es encontrar la sabiduría, salir a coger el Espíritu de Dios.

 

Dios es padre, que hace salir el sol para todos, buenos, malos, creyentes, no creyentes. Para los que se olvida de salir a coger el Espíritu de Dios, ha creado la Jornada Mundial de Juventud. Hoy toca en Portugal, en la ciudad de Lisboa, el encuentro de la juventud del mundo, donde Dios les espera con una palabra de vida, una palabra de esperanza, que podemos vivir vida.

 

La verdad es Dios, pero para el hombre no es noticia, no vende, no genera rentabilidad, dejan pasar la fuente de la vida. Los medios de comunicación dan un flash informativo, una noticia fría, pero el que tenga ojos podrá ver, el que tenga oídos podrá escuchar la palabra de Dios, la armonía, la pizca de sal para sazonar la soledad del hombre.

 

Si el hombre ha fallado como Padre, ya está a cuestas con la vejez, de cargar las culpas, de quedarse con la mirada atrás, de arrepentimientos sin remedio, hay un nuevo camino, una nueva oportunidad de cuidar el presente y el futuro. La juventud que tiene el encuentro con Dios, la juventud mundial, donde Dios actúa, Dios llama a las vocaciones, llama para preparar la tierra, sembrar la semilla de trigo y en un corto tiempo cosechar, dar fruto, el fruto de la vida, la alegría de volver a vivir.

 

Estamos de fiesta el cinco de agosto, el Santo Padre tiene el encuentro con los jóvenes, la esperanza de una palabra evangelizadora, la palabra de FE. Hay esperanza a través de un joven, de su juventud que mueve al viejo, que resista, que no muera, que aprenda a escuchar, que Dios es padre, es misericordia, es resurrección.

 

Estos jóvenes que se ha preparado por dos años, trabajando para realizar un viaje, moverse kilómetros, al encuentro de una palabra, la verdad que Dios es amor.

 

La jornada mundial de la juventud, que lleva en su equipaje todas sus impotencias de no saber amar, el sufrimiento del inocente, la maldad del hombre, el destruir de la familia con el aborto, la pornografía, la trata de blancas, etc. El encuentro juvenil que lleva vida, para el hombre viejo tenga vida, vuelva a creer, vuelva alzar los ojos al árbol de la vida, a la cruz radiante, que es escandalo para el mundo.

 

Estamos de fiesta, ese joven que está viajando, se ha llevado tú vejez, para volver a tener esperanza, Fe. Tener la conversión de volver a nacer del útero de la vida que es la palabra.

 

Te crees Tú que puedes volver a ser joven en Espíritu, que puedes difundir la noticia. ¿Qué Dios te ama?, que la Jornada Mundial de la Juventud es vida.

 

Has vencido al miedo y eres libre.   

lunes, 17 de julio de 2023

 

La razón y las emociones para tomar una decisión

 

 

Deseo seguir escribiendo sobre el éxito del Hombre, la búsqueda incesante de llegar a la meta, de llegar a saborear el éxito. Pero no es llegar a la meta, ya viviendo la realidad, el hoy, el presente, no hay la esencia de saborear y sentir la gratificación que tengo el éxito. Sigue el vacío, el sin sabor que falta el endulzante de sentir que la vida es vida.

 

La vida no es solo caminar, una meta, un objetivo, un título, un matrimonio, etc.  Es la pisca de sal que le da el sabor, que le da las ganas de luchar, se enfrenta a barreras, rompiendo paradigmas, de volver todos los días a construir el mismo sueño, el mismo objetivo. Con la diferencia de tener sabor, sabor a vida, la sabiduría de tomar decisiones, de hacer surcos en el sufrimiento, de preparar la tierra para sembrar vida y cosechar éxito en las nuevas generaciones.

 

Para esto hay tener una madures de hombre, de experiencia, conocimiento, profesión, de familia y de la existencia de Dios, que va a permitir tomar decisiones en relación directa de tener éxito ya no en lo monetario, más bien en poder abrir la puerta para vivir el servicio. Servir al prójimo, de dar la pisca de sal, la cucharada de vida dulce, la sonrisa de levantarse de mil caídas, la razón de vivir bajo el cobijo del Espíritu de Dios, la primicia de ver en el débil, en el desecho, que hay vida, vida de Dios, y lo demás llega por añadidura.

 

Pero hay, un, pero, el pero que le tiene miedo el Hombre, de enfrentarse a la realidad, la IDENTIDAD, de crear el telón de una máscara, vivir en el mundo, un mercado de placeres, de exponer la falsedad, la idolatría de una falsa Identidad. De vivir sin la pisca de la sal, de sueños falsos, efímeros, sin el norte para tomar decisiones, de revolcarse en la ignorancia sin sabiduría, la verdad equivocada entre la razón y las emociones.

 

Solo así se entiende él porque de los tropiezos, los errores, las caídas o simplemente un emprendimiento no florece.  Jordi Alemany nos hace conocer “Tenemos la percepción de ser muy racionales, pero la realidad es que todos, absolutamente todos, tomamos el 99% de nuestras decisiones de forma emocional, sin razonar demasiado”. La realidad del hombre frente a la sociedad, de tomar decisiones por las emociones de querer SER, vivir una falsa identidad, no aceptar QUIEN SOY YO. Estas mismas emociones que te hacen ilusionar, te llevan a un abismo de soledad, de acabar la vida y rendirse ante el suceso, fracaso, de dejar que el miedo sobrepase a la razón.

 

La otra cara de la moneda, que es la razón, la inteligencia del hombre, que le convierte en un soberbio, de saberlo todo, de tener el derecho de juzgar, sacar pecho que el otro no planifica, no piensa, no razona, es un inútil.  Vocifera que tiene éxito, talvez monetariamente, pero en el círculo familiar (padres e hijos) es otra realidad, la convivencia sin Dios, sin sabiduría, donde cada quien toma caminos distintos por emociones.

 

Uniendo la emoción y la razón genera una guerra de decisiones, que emerge de una voluntad que lo puede o caer en el fracaso que mala suerte. Motivo por el cual la solución, respuesta a todo esto de las emociones y razonamientos es la SABIDURIA, que te la da Dios gratis. Es bajar los brazos y autorizar que Dios entre en tú vida.

 

La primera decisión con sabiduría, es que el hombre crea hábitos de: Perseverancia, ser constante para vencer al miedo. Conocer mis debilidades y fortalezas para crear oportunidades para tomar decisiones. Conocer las necesidades del mercado para entrar en el servicio de cubrir una necesidad. Crear liderazgo para dar amor. Crear un lenguaje de armonía, para saber escuchar y ver con los ojos del alma. Construir familia para enseñar el NO, y pueda soñar para llegar al éxito, llegar a la meta.

 

El éxito real está golpeando la puerta. ¿Estás preparado para abrir la puerta? Te quedas con la razón que lo puedes, planificas, pero no arriesgas, si juzgas o te emocionas en el negocio perfecto, en el amor de un príncipe azul, en vivir vanidades de vanidades.

 

Tú decides.

domingo, 9 de julio de 2023

 


La libertad del Hombre

 

La libertad del hombre se da cuando puede discernir de un bien con un aparente bien. En ese momento podemos decir que es libre como el mismo viento, porque la palabra tiene poder, un poder para dar un giro de vida. Ese giro de vida significa que ha vencido el miedo, vive la paz, donde las olas del sufrimiento ya no destruyen, la muerte óntica del ser, vive una resurrección, con el Espíritu de Dios que da la nueva vida.

 

El verdadero discernimiento es el éxito del hombre, pero se lo obtiene con sabiduría, que es otorgado a través de vivir y tener la experiencia de Dios, de un Dios de vivos, que vivió, murió por la humanidad y resucito venciendo a la muerte, para que el hombre sea libre. La libertad no es un intelectualismo del saber, del conocimiento científico, que ayuda al hombre, pero produce un secularismo de conocimiento y FE, la segregación de lo que es vida para enfrentar a la vida, las caídas, tropiezos, las lágrimas de la impotencia de no poder tomar decisiones de ese aparente bien.

 

El hombre entra en el sufrimiento real por ser libre y empieza a escalar las montañas del poder con diferentes caminos: Llega la política, el ofrecimiento de cambiar la vida, que pronunciar como verdad que el culpable del sufrimiento es el no reparto equitativo de la riqueza y que manos externas ha desviado a otras cuentas personales. Es el momento del cambio, el pueblo debe ser libre. La mentira más grande porque la libertad es con sabiduría no con palabras demagógicas o populistas.

 

Otro camino que llega, que el hombre sufre porque es familia, no hijos, no matrimonio. Simplemente que el hombre viva la libertad del viento, el vuelo del agila como estandarte de la guerra, sin saber quién es el enemigo real y termina matando a la fuente de la vida. Llega el razonamiento de la frustración y bebe haber un culpable, siempre el más débil. El inocente que no puede defenderse y desea nacer, una sexualidad como libertinaje y no como vida, amor, donación. La enfermedad y vejes el reflejo del hombre frente a la vida de ¿Quién soy yo?, debe existir la eutanasia. El verdadero miedo al sufrimiento, la esclavitud del hombre, le muerte lenta del espíritu de vida para entrar en las tinieblas y no saber tomar decisiones de un aparente bien.

 

El camino del intelectualismo, la ciencia que no puede dar testimonio del origen de la luz. Sabemos que es oscuridad, tinieblas. La sabiduría si sabe que la luz es DIOS, pero la inteligencia ignora a Dios y crea como verdad absoluta sus palabras. Nace el ateísmo y busca culpables de la miseria del hombre, de la pobreza material, de la locura del hombre que no saber amar. Crea una hipótesis que Dios no existe, si existiera debe haber paz. La sabiduría contesta que el momento que Dios sane toda la miseria del hombre, que puede hacerlo, el hombre pierde su libertad, su libre albedrio y se convierte en un hombre esclavo de su propia existencia. Dios crea al hombre a imagen y semejanza, libre de saber tomar decisiones de un aparente bien, pero la ciencia e intelectualismo no lo ve y esclaviza al hombre en su propia razón.

 

Como punto final tenemos el camino de la razón, mi verdad que enmarca la soberbia, que es donde el hombre está muerto en sus propias conquistas que es su verdad. No puede amar, no entra en la humildad del servicio, pero vive la ira de no encontrar respuestas de su propia razón, la amargura de una soledad, la pubertad endemoniada del aparente bien, pensando que es la felicidad, terminando el delirio en un vaso de alcohol, de ahogar las penas, pero es la sentencia de muerte, a una esclavitud de muerte física y espiritual.

 

La importancia de entrar a vivir en la verdad de Dios, en la libertad y el libre albedrío, ser siervo de Dios, el servicio al otro, al prójimo. Libre en pensamiento, libre en ilusiones, libre en saber amar, libre para diferenciar un bien de un aparente bien.   

 

Solo tú sabes si eres libre. 

martes, 4 de julio de 2023

 

¿Cuánto vale tú vida?

 

“En el principio creo Dios el cielo y la Tierra. La tierra era caos y confusión: oscuridad cubría el abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas” (Génesis 1: 1-2   de la biblia de Jerusalén). Una realidad cuando el hombre vive sin Dios, la vida es caos, la ceguera de la razón, la idolatría de la vanidad, de querer ser lo que no se puede ser, la soberbia de ser el primero sin haber vencido el caos de la inteligencia, y la ira de no poder hacer camino, por ser esclavo de su propia realidad, esclavo del ego sin valorar su propio entorno que es la familia.

 

Se convierte la vida en eso: sin sueños de vida, sin trabajar por amor, más por una ideología de marcar una verdad, para navegar en el mar de las aguas tenebrosas, de la tentación de ser, que genera vida y cambio, el materialismo de una corrupción de dar valor al mercantilismo del dinero, como el Dios que lo puede todo.

 

La realidad de la ceguera, el intelectual que se cansa de pensar y actúa con la frialdad de hacer daño. Nace la frase popular “divide y vencerás”.  Significa dar el golpe bajo, el golpe de jaque mate, el golpe del más débil que serán los que serán después la fuerza de choque, el balbuceo de agitar y gritar en las manifestaciones en contra de un gobierno, de una idea que gobierna en su momento y pasara a la historia.

 

Toda esta realidad invade al hombre a vivir con la tristeza, de no saber qué hacer, de dar el valor real del hombre, de cuantificar lo cualitativo y eliminar el primer lugar de lo cuantitativo, del mercantilismo acompañado de un consumismo sin necesidad, pero en lo imaginario de la mente se genera una necesidad, la gula de querer para mí. Generar la primera persona, todo para mí, el individualismo, donde muere la familia, todo por el egoísmo. No matrimonio, no hijos, vivir el celibato por convicción. Pero el hombre se enfrenta a la vejes, enfermedad y muerte, el miedo real donde el hombre solo en pensar, se eriza la piel y empieza la incontinencia urinaria.

 

Los miedos que sobrepasan por encima de la inteligencia, por la misma razón que no hay sabiduría, no hay el verdadero valor del hombre frente a la vida, frente a Dios. Más crea espejismos que vive y ha conquistado la felicidad, cuando en la realidad está esclavo de su propia conquista.

 

También nacen las alienaciones, que ya no sabe: ¿Quién soy yo”, el perdedor de sus propios sueños, de no dejar que nazca el arco iris, que siga el caos, la oscuridad, el principio ¿cuánto vale el hombre?   Pero, en fin, la razón, la inteligencia, se enfrenta a la humildad, a lo entendible, para vivir la sencillez, la esencia del amor, a esencia de la creación de Dios.

 

 Pero las vivencias, las ciadas, el dolor, se curten las palabras, poder expresar que el intelectualismo no es vida si no existe el servicio, de servir al más débil, el que no te puede agradecer, pero te dice “Dios lo pague”, porque es ignorado por el mundo.

 

El mundo te pide ser el político, el demagogo, el líder, la facción que pide sanar las necesidades. Otros piden crear trabajo, otros crear impuestos. El enfrentamiento del hombre por el hombre, por un miserable concepto de modelo económico, la crueldad de pensar que el hombre se equivocó en nacer. A pesar de sufrir el hombre, sus propios errores y realidades, sigue sin saciar el dolor existente del pecado original que busca venganza, la ira de vivir el caos de la modernidad, sin saber cuánto vale el Hombre, el valor de acuerdo a la existencia de Dios en tú vida.

 

Para el hombre inteligente, el llamando ateo, que tiene miedo de sus propias palabras, que vive como marioneta, movido por los hilos del poder, que la vida se convierte en obras de teatro que es la mayoría. La vida vale menos de TREINTA MONEDAS, el costo de la traición de Judas, que termino ahorcándose por su propio miedo de no experimentar el perdón, la misericordia.

 

Para el hombre que reconoce que ha perdido en la razón, que ha llevado la vida en sus fuerzas, ha experimentado el perdón, que hay una resurrección, del hombre viejo a un hombre nuevo. El verdadero valor del hombre libre es la SANGRE DE JESUCRISTO. Quién venció a la   muerte y nos hizo libres.

 

Para ti ¿Cuál es el valor de la vida?