Un emprendedor es: ¿Vendedor o tomador de pedidos?
Continuando con el tema de
la Escuela de Negocios para emprendedores, tenemos que hablar, definir de
acuerdo a la experiencia, que es un emprendedor: “Un vendedor o tomador de pedidos”. Lo que permitirá realizar una
diferencia esencial para determinar otra debilidad que enfrenta el emprendedor,
motivo por el cual el emprendimiento no florece, no da el fruto de liquidez,
reactivar la economía, generara empleo.
Como se había definido que
las ventas son los pies de un emprendimiento, pero hay que saber caminar,
alguien debe enseñar a caminar, caso contrario el emprendimiento muere. Es muy similar cuando los niños por lo general
entre un año a dos años empiezan a dar sus primeros pasos tembleques, mientras
la madre da los ánimos, el aplauso, extiende las manos, un paso más. El niño
con su balbuceo da un paso y recibe la recompensa, el abrazo y beso de la
madre, su líder y mentor. La pregunta que espera respuesta: ¿Quién actúa como
líder y mentor en los emprendimientos?
Sí, el emprendedor no sabe caminar. ¿Qué
vende? Quien se atreve a dar las respuestas: La Cámara de Comercio, La Cámara
de Industria, La Cámara de Artesanos, La Cámara de la pequeña Industria, La Academia,
alguna Cartera de Estado. Las palabras se callan, un alzheimer comercial, el
trastorno mercantilista de olvidar el concepto de comercio y sus orígenes, el
efecto de producir y comercializar un producto o servicio.
Como las palabras siguen
calladas, sin sonidos, sin melodías, no hay el susurro al oído “si se puede”,
no aprende a caminar dará pasos porque los debe dar, sale a vender como un
derecho, obligación, que le ayuden, extendiendo la mano de una compasión,
frente a la competencia de un mercado que espera ser atendido con un servicio
de calidad, eficaz, valores y desarrollo técnico, familiar y social.
El emprendedor que improvisa
en querer vender, la expresión de una excusa o conformidad a la realidad que se
encuentra el emprendimiento. El ruego para hacer realidad de dar el primer paso
para vender. Pero termina convirtiéndose en un tomador de pedidos sin vender.
Similar a la obra literaria “EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA”, donde los
valores y la integridad entran al olvido. Un producto sin comercialización, sin
valor agregado.
Un emprendimiento sin
identidad, si comercio, es un tomador de pedidos, de no aprender en cada No que
recibe, el miedo al fracaso, al que dirán. Donde el emprendimiento se queda sin
la verdadera “CADENA DE VALOR”, el nerviosismo de vender, sin determinar el
costo de vender.
La realidad que el
emprendedor se convierta en un tomador de pedidos, el daño que causa para su
propio ser. Dejar de soñar, esperar la limosna de un organismo, institución, de
acuerdo a sus requerimientos para entregar un donativo. No permite que las
rices se fortalezcan en buena tierra, tierra fértil para cubrir la demanda
insatisfecha de la ciudad y provincia.
El vendedor crea un
emprendimiento por necesidad, por una resiliencia de coraje, de fortalecerse en
Dios como padre, que la constancia, la fidelidad, el tomar riesgos de ir solo
rompiendo paradigmas, esquemas, moralismos, dar el ejemplo que “SI SE PUEDE”.
Se aprende a llorar no como soberbia, más de formar líderes y mentores para
vivir en el servicio, servir al otro como verdadero prójimo.
Retomando el ejemplo del
niño que empieza a caminar porque tiene la sombra y cree que su madre, estará
ahí, que lo protege. El emprendedor debe creer en su familia (esposa e hijos),
el pilar fundamental para que florezca, de su fruto apetecible, las ganas de
seguir luchando, seguir fortaleciendo en las alianzas estratégicas.
Un verdadero vendedor es
emprendedor, un verdadero vendedor es solidario, un verdadero vendedor es el
servidor de un cliente, un verdadero vendedor cubre una necesidad. Más el
tomador de pedidos no es emprendedor, vive las pasiones, del momento que puede
hacer una maldad, planifica en crear un telón para tapar sus propios sueños.
El emprendimiento no son ilusiones,
ni espejismos, son tropiezos, caídas dolorosas, con el afán de hacer realidad un
sueño, vender soluciones, caminando al ritmo del aprendizaje, del discernimiento
para tomar decisiones. El vendedor es evangelizador, que habla con el poder de la
palabra, con el ritmo de la verdad. La verdad es Dios.
Tú decides ser vendedor o
tomador de pedidos.