lunes, 29 de mayo de 2023

 

Tengo miedo. ¿Miedo a que tienes?

 

El hombre siempre estará llevando como compañero, durante el camino de existencia, el miedo, el amigo invisible, de los momentos buenos, malos y aterradores. Momentos buenos cuando se ha tomado decisiones de emprender, tomar riesgos a un nuevo mundo, a un camino que se debe hacer camino para dejar huella. La satisfacción de tomar el trago amargo, el brebaje del dolor de un inocente, frente a un reto, a romper esquemas y paradigmas.

 

Momentos malos, cuando la razón está por encima de la sabiduría, por encima de la experiencia, por encima de Dios. Resultado de la decisión tomada, no acorde a lo planificado, al razonamiento de las suposiciones, el paréntesis que lo sé, tener una verdad solitaria, sin la huella de una experiencia, de levantarse de las caídas, más bien el tener el derecho que me lo merezco por tener una inteligencia de mundo.

 

El momento aterrador se da cuando ya el hombre ha perdido el temor a Dios, no hay camino que caminar, no hay huella que seguir, simplemente existe el terror de querer llegar a la meta sin el esfuerzo de competir. La búsqueda de una verdad efímera, viviendo la muerte óntica, la perdida de la esperanza.

 

El miedo está ahí, palpable el momento de ejecutar una decisión, la tartamudez de la expresión de una palabra, la mentira que se haga verdad, que el ciego vea, el cojo camine, el profeta que el pueblo necesita, expresando sobre la tarima, la demagogia, palabras sin valor, palabras sin poder, palabras, palabras que se las lleva el viento.

 

Por vencer el miedo salen las excusas, enfrentar la realidad, la obligación de persona, padre, hijo, hermano, etc. Se crean metamorfosis de política, religión, educación, intelectualismo, cambios que se espera, pero se evita el cambio real de crecimiento y desarrollo, el cambio de estado de una oscuridad a una luz radiante. Quedándose prendido a una medicina de fetichismos, de la insolencia de que te tengan pena, el pobrecito, que el culpable de todo es la oligarquía, el rico, el otro, una metamorfosis de pobreza material a pobreza espiritual.

 

El miedo que llega porque has dejado una puerta, la ranura de tus pensamientos, de los sueños, para estrellarse en la primera caída, en las primeras lágrimas. La expresión de dolor y respuesta a los sucesos NO PUEDO, tengo mala suerte, si hubiera hecho tal cosa.

 

En definitiva, el miedo está ahí, queriéndole ganar las batallas por ganar una guerra. En el campo de batalla de la avaricia y soberbia, caen los más débiles de la familia, que son heridos, otros mueren. Los hijos son los que absorben como una esponja, que escudo tienes para enfrentar al miedo, el arma poderosa para vencer o corres como el niño que hace el berrinche.

 

Verdades reales, la mía culpa de ver el hundimiento de tú propio TITANIC, la muerte física de los inocentes. Ha valido la pena de entrar en el pánico del miedo por treinta monedas.

 

Pero hay una buena noticia, de sepultar a tus enemigos, a los miedos, complejos. Qué eres libre de la esclavitud, ha pagado con su muerte y ha vencido a la muerte, ha resucitado.

 

Hemos celebrado, hemos vivido PENTECOSTÉS, el envío del Espíritu Santo, la fuerza para vencer los miedos y proclamar a los cuatro vientos que Jesucristo ha resucitado, somos libres.

 

El libre albedrio de que Dios da al hombre, en la libertad de expresar Sí o decir No. La decisión de seguir con los miedos de un fracasado, de no poder pasar, de no saber amar. La otra respuesta de extender los brazos y recibir el Espíritu, ser fuertes con Dios.

martes, 23 de mayo de 2023

 

¿Quién tiene la verdad?

 

El abismo oscuro que está el hombre atravesando por las circunstancias de tener que expresar la verdad y mantener la razón, que es así. Una idea, la afirmación de una verdad, sin ser cuestionada, en la búsqueda de un cálculo del razonamiento como utilidad del actuar, donde no entra Dios.

 

Un egocentrismo político que marca una tendencia de una verdad sin el amor al prójimo, el Dios de la razón, el otro, una persona, sin capacidad de pensar, un individuo solitario que debe aceptar una resolución de la minoría.

 

Se evidencia la hipocresía de interpretar a la constitución, los ecos del constitucionalista, del sociólogo, del politólogo, del periodista, Qué el pueblo siga sumido en la ignorancia, utilizado para que exprese el voto de la democracia, el voto de la esclavitud de pensamiento y discernimiento.

 

La búsqueda de la mía culpa para ser el juez de la democracia, el juez de expresar, por tú culpa que no puedo hacer obra social, por tú culpa que no puedo dar educación, por tú culpa que no puedo construir familia, por tú culpa no puedo controlar del desorden social y delincuencial. Por tu culpa decreto la MUERTE CRUZADA.

 

Al final del día hice mi voluntad, mi razonamiento, con sus respectivas consecuencias de no saber a quién elegir democráticamente, supuestamente, hipótesis que se comprobaran, cuando se proclamen resultados democráticos. La democracia triunfa y el hombre sigue descendiendo al abismo de un pragmatismo social democrático, sin Dios, la ausencia de la sabiduría, simplemente es mi verdad.

 

La ausencia definitiva de Dios, la luz desaparece, un nuevo camino de oscuridad, donde la clase política nos creen ingenuos.  Que se puede caminar en las tinieblas, que se puede dejar huella. Solamente en la mente de un raciocinio de avaricia que puede afirmar que el hombre puede dar vida sin Dios.

 

Hechos, realidades, que estamos viviendo, con la pregunta “hay un final”. Una pregunta que se encuentra como una quimera, sostenida con hilos de la mentira, los títeres de las alianzas políticas. La conveniencia de dar un jaque mate, mi verdad predomina.

 

Qué hacer frente a esta realidad, a un camino pedregoso de una avalancha o deslizamiento de las cuotas de poder, por la gula del poder político. El enfrentamiento de la derecha, centro izquierda e izquierda, improntas que se etiquetan como solución, cuando no saben sus propias definiciones e identidades de si mismo.

 

Como que el problema se hace más grande, que los deslizamientos se hacen continuos, le hombre invoca a su Dios, en la espera del milagro, la hora perfecta del día de la semana. Las mortificaciones de los hechos ya sin culpa, pero sí buscando al verdadero culpable.

 

El problema está en la búsqueda del culpable. El que ejecuta la muerte cruzada o los que crearon este artículo constitucional, por la falta de veracidad de los conceptos, de los vacíos constitucionales. Que al final el hombre no puede tener la verdad de algo que aún no sucede, proyecciones efímeras, sin valores, la ética invisible para tomar una decisión.

 

La solución perfecta a la codicia del poder, a los agujeros de poder político, es la verdadera conversión, la mirada a Dios, morir al egocentrismo, creer que Dios es padre.

 

El momento que Tú y Yo podamos morir a la razón, el momento que acepte a Dios en mi vida, el momento que construya familia, ya no se necesita de la MUERTE CRUZADA, para dar fin a un problema de poderes, de determinar quién tiene la verdad.

lunes, 15 de mayo de 2023

 

Que puedo expresar “Feliz día Mamá o felicidades en tú posesión de autoridad electa”

 

Qué fácil decir, feliz día, te quiero, confía en mí, te lo juro, no te defraudare. Palabras que se expresan si el verdadero sentimiento del corazón, de dar lo que uno lleva dentro. ¿Porque digo esto? Hoy domingo hemos vivido acontecimientos que permitirán dar cambios coyunturales y a su vez estructurales, pero que tiene una relación directa con la persona que le toca tomar la decisión.

 

Primero se vivió el día de la madre, la esencia de la familia, el don que Dios le regala de dar vida, la matriz del milagro de Dios, que es destruido por el hombre, porque se cree superior a Dios, que se equivocó en la creación del hombre. Hay que matar a la matriz, sin vida para vivir la proyección de la concupiscencia, el deseo desordenado de la pasión y el juego de la idolatría.

 

Pero podemos decir “Feliz día Madre”, expresar poesía o cantar melodías para alegrar el alma, pero muere el Espíritu y el estado de gracia que regala Dios al hombre desaparece, ya no puede discernir un APARENTE BIEN, que es confundido que está haciendo el bien, pero caminando a un abismo, a los agujeros negros, donde se cae y no se puede salir.  

 

También puedo expresar “Te quiero”, palabras como que sí o que no, que se confunde con vender o comprar caricias, imaginando la metáfora de morir por amor. Qué fácil decir muero por amor, la inteligencia supera a la ignorancia, la estupidez que puede expresar el hombre, cuando en la realidad vive un ateísmo, la negación de Dios, para vivir su egocentrismo de una verdad efímera, del miedo a experimentar el amor a Dios.

 

Es la confusión del hombre, una metamorfosis de razonamiento de existir de acuerdo al poder político, económico y social, que se vende la dignidad, cayendo en la idolatría de su propio ser. Una muerte espiritual que encadena al hombre, vivir la esclavitud de pensamiento, conocimiento y razonamiento, la eutanasia de la soledad.

 

La otra realidad que se ha vivido este catorce de mayo, la posesión de nuevas autoridades, la democracia que expresa el poder del pueblo hacia una persona, por un tiempo determinado. La alegría para unos, para otros la esperanza de un cambio, la juventud de conseguir trabajo, el ofrecimiento de campaña electoral, la realidad de cumplir si hay ética y valores, caso contrario será una demagogia, el populismo del engaño, por llegar al poder, olvidando que es efímero, el tiempo con su verdad, que cala en la razón del hombre.

 

Es el tiempo de escoger, una decisión: sabiduría o inteligencia, vida o poder. El tiempo de experimentar que para vivir se necesita conocer, vivir y reconocer que Dios vive, un Dios de vivos, que permite al hombre vivir en libertad, de saber enfrentar al dolor, a la tristeza, a la verdad. La otra circunstancia del hombre es vivir bajo la ira, la frialdad de un razonamiento de cálculos políticos, de aplaudir a la mentira que es descubierta con el pasar del tiempo, el no poder cumplir la expectativa de la campaña electoral.

 

La realidad, la verdad, que la vida es eso, dos caminos donde expreso y vivo la esencia de la vida, el amor que se debe encontrarlo, o escojo el espejismo de una vanidad que se aleja con la verdad. Vivo el abrazo y beso de familia, frente al juego de probabilidades, al juego que caerá la dadiva de una migaja de buena suerte para conseguir el ofrecimiento, la promesa del juego político.

 

Hemos vivido “Feliz día Mamá” o “felicidades en tu posesión de autoridad”. Espero en Dios la sabiduría o espero la promesa de hombre.

Pero como hijo digo FELIZ DIA a mi madre, a todas las madres del mundo.

martes, 9 de mayo de 2023

 

La alianza que el hombre lo ignora

 

Una forma de encontrar el éxito en la vida es a través de las alianzas que el hombre realiza durante el tiempo de vida que maneja un poder político, económico y el poder social. Un poder que se lo gana con la inteligencia, astucia, y el egoísmo de querer ser, de llegar a la meta sin importar quien se interponga.

 

Es el aprendizaje del hombre que se sumerge en las olas del poder, de manejar el contexto de la vida, olvidándose que hay un final, un tiempo de vida que llega el momento menos esperado que es la muerte. El ciclo final para empezar una nueva vida, la vida eterna, como verdaderos hijos de Dios en la nueva Jerusalén, pero al hombre no visualiza la verdadera alianza de Dios y el hombre.

 

Lo que lleva al hombre a vivir de la inteligencia, desarrollando la habilidad de negociar en forma individual, un individualismo familiar, de romper los lazos de valores, de integridad y amor al prójimo.

 

Este egoísmo del YO va calando en el pensamiento del hombre para dividir en clases sociales, la segmentación de los barrios, entre el pobre y el rico. El pensamiento mercantil de dar valor a lo que tienen en lo material y lo intelectual. Permitiendo realizar las alianzas en primera persona para crear los imperios, monopolios y esclavizar al hombre en no poder pensar y se crea la brecha entre riqueza y pobreza.

 

Esto lleva al hombre a estar en constantes alianzas con la particularidad que haya la envidia, siempre se guarde el haz bajo la manga, de dar el golpe bajo de construir sobre la arena. La falsedad de la expresión ante el valor de la palabra, del ofrecimiento y aceptación de la alianza.

 

La alianza durará el tiempo que la razón la determine. El momento que la avaricia domine los parámetros del ofrecimiento y se esfuma como el sainete, lo jocoso y popular, cayendo al mismo nivel del hombre esclavo, creado por ellos mismo, el populacho que ha dejado de soñar.

 

Pero no todo queda ahí, se renuevan las conversaciones para una nueva alianza por la gula del poder, el miedo de perder las prebendas y volver a su realidad el hombre pobre sin sueños.

 

El juego de las alianzas lleva al hombre a vivir sin hacer camino, sin dejar huella, viviendo lo imaginario por la pereza de vivir, y caer en la prostitución de mi Yo, el ego de ser lo que no es, la humillación al hombre sin identidad, por estar pensando siempre en el poder, la soledad y vacío de la vida.

 

El vacío del hombre que se da por la insatisfacción de la vida, de culpar siempre al dueño del proponente de la alianza, pero más culpable es el que cree en el cortejo, las palabras elegantes que fornican en las alianzas del poder, el reparto de la troncha.

 

La importancia del hombre de vivir la experiencia que la vida es vida cuando el hombre se encuentra con Dios y deja los fetichismos sociales, políticos y económicos, para vivir una vida de paz y armonía.

 

El éxito está ahí, en realizar la verdadera alianza, una alianza perpetua entre Dios y el hombre. La alianza de la verdad, en hacer camino, dejar huella, para que la luz sea el inicio de un nuevo día, la resurrección del hombre viejo, el remordimiento sepultado para una resurrección.

 

La verdadera alianza del hombre con Dios no entra la inteligencia, pero si la sabiduría, la sabiduría del Espíritu de Dios. Pero la secularización del hombre, Dios no existe se crea una brecha entre Dios y el hombre.

 

Es hora de buscar sabiduría, ser como un niño, y experimentar la misericordia y el amor a Dios, viviendo los frutos de la alianza perpetua, la alianza de construir sobre la roca.

En la libertad que da Dios al hombre: Sí o No.

lunes, 1 de mayo de 2023

 La mentira en la democracia de un pueblo

 

La naturaleza del hombre es que tiene una estructura de cinco sentidos: La visión, la parte auditiva, el olfato, el gusto y el tacto. Que permiten tener el contacto directo con la parte externa del mundo o de su propio hábitat para experimentar un desarrollo que a su vez se transforma en un bienestar social y familiar.

 

La estructura de los sentidos permite al hombre ser libre, libre en sabiduría, libre en temor a Dios, libre en pensamiento, libre en expresión, libre en soñar y tomar decisiones.

 

Una libertad que se pierde como tal por la razón, que permite al hombre la facultad de existir y discernir acompañada por las emociones, consecuente del razonamiento lógico.

 

Nace la esclavitud del hombre en sus propias decisiones, donde los sentidos ya no ejercen su razón de ser. Ya no puede escuchar la verdad, el eco de volver a la ser libre. La visión de águila desaparece para quedarse con la visión de un hombre esclavo, perdedor, sin sueños, sin las ganas de romper esquemas y paradigmas.

 

El hombre esclavo de su propia razón pierde la sal, el gusto de servir, la sazón de la vida, ha perdido su dignidad e identidad. Ya no vive el aroma a familia, el olor a Cristo resucitado, ni tampoco topar a Dios en el prójimo.

 

Solo así se puede entender de cómo vive el hombre, en el sainete, satirizando su propia realidad, cobijados por la ley, a la interpretación directa de crear el teatro de la democracia, el lavado de manos con agua purificada, ganándole a Poncio Pilatos, que sentencio a muerte de cruz a Cristo.

 

Es la realidad que vivimos, la democracia participativa según el politiquero sin saber que es política, pero se hace elegir, para ejercer el poder. El poder para tener poder y fomentar el miedo.

 

El hombre esclavo de su propia razón que puede elegir en democracia, otro ciego de su realidad, pero el poder le abre los ojos, el colirio de vivir la avaricia, cavando su propia tumba de morir como esclavo, solo, enfermo, acompañado de la vejez.

 

Se enfrenan los poderes: El poder Legislativo con su razón, el primer poder de legislar, controlar y representar la voz del pueblo. Pero es divido por el poder Ejecutivo, la compra de conciencias, con su razonamiento que el hombre esclavo tiene un precio, la inmadurez de persona sin identidad.

 

Medir fuerzas, la razón sustentada en la ley, la constitución, mientras que el pueblo pide que se vayan a la casa todos. Oídos sordos de buscar su propia verdad, la verdad del valor de un voto en el plenario parlamentario. La sonrisa del poder ejecutivo que divide, llevando agua a su molino.

 

Mientras miden poder, el pueblo vive una incertidumbre de dolor, impotencia, por cuanto una minoría del pueblo ha tomado el camino de vivir bajo su propia ley, la delincuencia organizada, dominar las calles con sus propios aranceles como un derecho ganado.

 

El miedo está ahí, la razón no da brazo a torcer, el politiquero llamado político nos miente bajo el concepto de democracia. La justificación de defender al pueblo frente al micrófono, la noticia que son ángeles, los enviados de Dios, para defender a la patria.

 

Cosas simpáticas que se vive en democracia, donde el Alzheimer es el factor común en un proceso electoral. El pueblo se olvida por una palabra, por una promesa, por un poema, la lágrima de ser pueblo, que necesita el voto, el voto popular.

 

Al final la razón extiende los tentáculos para imponer una mentira en democracia, la acción de protección de un Juez, y todo sigue igual.

 

Hay que mentir porque estoy en democracia de una razón sin razón.