lunes, 30 de octubre de 2023

 

Soy honesto, pero íntegro……………..?

 

 

El hombre nace con libertad de pensar, libre como el mismo viento, de expresar sus sentimientos, libre como el agua que recorre el camino del hombre para saciar la sed material como espiritual.

 

La sed del mercantilismo social, del hombre que ha perdido su libertad, por el valor inferior a treinta monedas. El valor de perder la vida, la libertad del pensamiento, la libertad de vivir, de exultar el espíritu de sabiduría.

 

El hombre se imagina que perder la libertad de Dios, es libre para actuar, tomar decisiones, pero entra al túnel de la oscuridad, al túnel de la razón, de la honestidad, para llenarse de la verdad, juzgar y dar una sentencia. El hombre justo de la honestidad, pero sin integridad.

 

El hombre habla, debate, de la injusticia social, la injusticia material, la injusticia de los derechos, la injusticia de la libertad de expresión, la injusticia del derecho a nacer. En definitiva, existe la honestidad, pero no la integridad, no hay la sal para evitar la corrupción, la palabra que expresa la herida desde el propio ser, de la libertad de la creación.                                                                                                    

 

Solo así entender la malicia del hombre con el hombre, de generar la cancha del gran ring, el boxeo del golpe bajo, la honestidad gritada a los cuatro vientos, para oír un eco debilitado, una verdad a medias, la tibies de la vida cotidiana, de evitar siempre el problema, pero si exprimir o explotar las fuerzas de una juventud ya vieja sin sueños, sin el verdadero eco de la vida. Quedarse amortiguado en saber oír, no escuchar.

Se empieza a oír en las radios, televisión, que es la hora de la concertación, la hora de vivir con ética, de plasmar una conducta política de honestidad, de la verdad en todo sentido, cobijada con el canto de los pájaros, el cantar de la credibilidad, hasta que llega la codicia al poder y se esfuma como el humo de negro que indica que sigue la honestidad sin integridad.

 

 Se empieza a vivir una honestidad ya enmarcada, sistematizada, acorde a las necesidades del momento y del lugar. Está por llegar la navidad, la clase política debe dar una solución razonada y honesta de paz, amor, ternura, que es el mes de los regalos, que los Reyes magos llegan. Deben encontrar una Asamblea, el representante del pueblo con una mirada triste, pero honestos, como el amanecer, libres, pero no íntegros, sin la voz, de querer vivir.

 

Una tristeza de sentir la expresión del hombre, de vivir su honestidad de soberbia, una honestidad de ira, una honestidad de tener la verdad, que está marcando una clase social de los inteligentes, de los que saben elegir, saben escoger, saben culpar de los fracasos del gobierno son los señores que ya no me acuerdo el nombre porque soy honesto. Ironías de la vida, para tener éxito hay que ser honesto, no importa no ser integro.

 

Pero la pregunta que debemos hacernos. ¿Porque se ha perdido el concepto real de honestidad? Una de las respuestas es que se ha destruido la familia, no hay el ejemplo real para la juventud, para el más débil. El Papa Francisco lo expreso “Quien es honesto no tiene miedo a ser sorprendido, porque nunca engaña al que confía en él”.

 

En el caminar de la vida lo último que se pierde es la ESPERANZA, para lo cual se debe volver a empezar de nuevo, como el verdadero Emprendedor. Un emprendedor de romper paradigmas, de botarse al vacío con un sueño, un objetivo, que la vida es vida cuando se suda, se trabaja abriendo los surcos, preparando la tierra para que sea productiva y den frutos.

 

Es hora de trabajar por uno mismo, ser la luz, el ejemplo anónimo de recibir medallas invisibles, ser honesto e íntegro, que hay gente inocente esperando ver esa luz, el faro para seguir mar a dentro.

 

Te atreves a ser honesto e íntegro. Es tú decisión

domingo, 22 de octubre de 2023

 

Los resultados electorales:” Donde reinan los narcos, gana la Revolución Ciudadana. No es casualidad, es complicidad” “Noboa está en la obligación de reunirse con Dios y con el diablo”

 

 

La realidad del hombre frente a la verdad, a la verdad de Dios, ser frágil, corruptible, que entra en obediencia a un Dios de misericordia, de amor, amor al prójimo. Esto permite que el hombre sea único en sabiduría e inteligencia, pueda tomar decisiones en virtud de hacer el bien, emprendiendo sus propias fortalezas.

 

Pero, cuando el hombre no abrió sus propias alas, para volar, se quedó encerrado en su miedo, en sus emociones, el porqué de las cosas. Tiene sus consecuencias en el caminar, en sus nuevos retos por cumplir, que salen a relucir las envidias, la ira, su verdadero Yo, el fracaso de su verdad.

 

Es la realidad que vive el hombre frente a un proceso electoral, de un ganador y perdedor. Se presentan roturas frente a la razón y lo moral.  El honor de cada persona no puede ser mancillado, juzgado por la impaciencia de la razón, de priorizar el odio, el culpable del fracaso, sin determinar la responsabilidad del poder de la palabra, que puede causar en forma individual y colectiva.

 

Dejamos que lo ético y lo moral se esfume, llegué a florecer la venganza, como el trofeo de un camino invisible que no tiene meta, sin norte, con el dolor de enterrar en el cementerio del Yo, sin la libertad de un hombre libre de pensamiento y sabiduría. Generando el abismo entre democracia y razón, la verdad propia y no el eco de un pueblo que se manifiesta, por nuevos días de luz y paz.

 

Se pierde el respeto como persona y familia. De aseverar las palabras como una verdad, sin importar el daño a causar, permitiendo que el poder del momento es frágil, sea el juez para dar una sentencia de lo injusto como justo, lo justo como injusto. Prevalece la emoción del día, la vulnerabilidad de la verdad, para una afirmación con dolor, odio y venganza.

 

El dolor que proviene de hechos históricos, acontecimientos que no han sido curados, produciéndose algo crónico, de no poder disfrutar de la vida, del amor. Quedarse en el cuarto de los recuerdos, buscando el culpable para incentivar el dolor y perderse de festejar, el resultado de un proceso electoral. He ganado, pero el dolor, la jaqueca, el malestar punzante de querer terminar con el enemigo. Te convierte en un perdedor, porque te coca convivir y realizar los pactos políticos, llamados con ese mismo odio razonado, los acercamientos democráticos, para una mayoría con dolor.

 

 El odio que nace por la ira hacia otra persona, que se enmarca a una actitud emocional, al oír una palabra, un nombre. Pero en fin es una   derrota, una caída, que la razón no puede aceptar, frente a un acontecimiento de liderazgo, de poder, de competencia, etc. No hay cabida para algo nuevo, en ideas, a pesar de hacer los mismos acercamientos y alianzas políticos.  Una mayoría en democracia.

 

La venganza, que aplica el daño de hacer a la otra persona, el sentimiento negativo de frustración, de seguir preso en el sentimiento de un dolor, sin vivir la oportunidad de cada día, viviendo el envejecimiento de las ideas, sin el retorno de la sabiduría.  Lo que permite herir con palabras, con actos, llevando las de perder porque afecta a la familia.

 

Esta trilogía de sentimientos que el propio hombre promulga para que las nuevas generaciones también lleven el: Dolor, odio y venganza, sin haber sido participes, pero odiar a un liderazgo que no vivieron

 

Hay una enfermedad que fomentan un regionalismo, una discriminación por pensar diferente. Cuando la vida es eso, de convivir a pesar que los líderes políticos hagan las alianzas democráticas, las alianzas de media noche, las alianzas mercantilistas, las alianzas con el mismo diablo. Conceptos que el hombre da por buscar protagonismo, buscar acercamientos sin lealtad, sin identidad política.

 

El verdadero cambio se da cuando empiezo cambiando Yo primero, buscando sabiduría, construyendo familia, buscando a Dios, que lo demás llega por añadidura. El éxito está goleando la puerta.

martes, 17 de octubre de 2023

domingo, 15 de octubre de 2023

 

RESILIENCIA (El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional)

 

Pensamos que la vida es ingrata con el hombre e inclusive aseveramos que Dios no existe, porque existen las guerras, las epidemias, la violencia y el maltrato del hombre por el hombre, en fin, existe el sufrimiento, lo único que le frena al hombre para evitar hacer el daño, a su vez pueda vivir una conversión, el encuentro real de Dios y tú.

 

Pero la razón es más astuta y permite que el hombre empiece a vivir una esclavitud, ir perdiendo su raciocinio, construyendo la cerca, el corral, vivir semejante a los animales,   lidiar tú libertad con la paciencia de irse ahogando en la droga de los placeres de la razón, de la propia maldad existente, que domina a la misericordia, al amor.

 

Es la realidad de hoy, en pleno siglo XXI, la era del conocimiento tecnológico, la inteligencia artificial, la competencia de la máquina (creación del hombre) frente a las habilidades, pero no el raciocinio, la sabiduría, de la imagen y semejanza (creación de Dios), simplemente en un aprendizaje de una creatividad y una planificación sin vida. Qué, con lleva a la esclavitud de su propia conquista, las cadenas de la inteligencia y soberbia.

 

La realidad del hombre que se sumerge a vivir y rumiar:  la hoja, la hierba, la hiel amarga, de los sufrimientos, del dolor, la impotencia, que hay una luz, la ranura de una luz tenue que es la esperanza, la llegada de la libertad, la resurrección del hombre viejo a un hombre de sabiduría, de vida.

 

El hombre se convierte en su propio verdugo, de abrir la puerta del infierno, el fuego de las lágrimas sin agua, secas del propio calor de la angustia, de vivir el monologo de preguntarse y responderse. ¿Qué hice? Pero hay la libertad, la liberación como el pueblo de Israel, el Moisés que libero al pueblo e hizo pasar el mar rojo, la prueba de la libertad. El canto, la danza, la alegría de un llanto ya no de sequedad, un llanto de agua, de agua fresca, la presencia de Dios en tú vida.

 

Se llama la existencia la RESILIENCIA, que el hombre lo lleva en lo más profundo de su ser, que no lo puede perder. De experimentar que hay que caer, levantarse, volver a caer, volver a levantarse. Siempre la mirada al norte, sobreponerse de las adversidades y encontrar un porque, la pila de energía que se recarga por la emoción de saber que: “Si puedo volver a empezar de nuevo”.

 

El pueblo de Israel lo demostró y lo pudo, cuando le tocó vivir en los campos de concentración. Así lo define Boris Cyrulnik es un neurólogo, psiquiatra, psicoanalista y etólogo francés que define a la RESILIENCIA “Como la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación”. Nos hace conocer que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.

 

El dolor siempre estará presente en cualquier acontecimiento de la vida como la muerte de un ser querido, te quedaste sin trabajo, quebraste en tu emprendimiento, te injuriaron, etc. El dolor está ahí, pero me quedo en la sombra del porque o paso la hoja, la vida continua, hay tierras fértiles por sembrar, de abrir nuevos caminos.

 

Pero de qué depende la RESILIENCIA, simple, de saber ¿quién eres tú?, de saber ¿quién soy yo? La personalidad que vas adquiriendo desde la familia, de potenciar las habilidades, de aprender a recibir el NO, para fomentar una estructura de seguridad en la parte afectiva y poder enfrentar en la parte externa:  Como la calle, el colegio, el trabajo. De poder vencer el Bullying.

 

La importancia como padres de formar hijos para la sociedad, de trasmitir la FE, capaces de tomar decisiones con valores y no esperar que debe ganar un partido político para brillar, cuando hay un talento por descubrir, desarrollar. Que es hora de emprender, de vencer los miedos y ser el capitán para navegar mar a dentro.

 

También es una verdad que ha fallado las Universidades con entregarte un título sin valor agregado, con un egocentrismo de ser y no servir. Te han enseñado una teoría sin la práctica, sin el sueño, sin el empuje de emprender. Una inversión cero para el estado y la familia, donde las ganas de luchar se quedan tapadas y frustradas por no encontrar trabajo.

 

No es hora de buscar trabajo, es hora de emprender, que la RESILIENCIA, salga, como el verdadero Juan Salvador Gaviota, que se estrelló, pero no desistió por más dolorosa sea las caídas, el maltrato del mundo que estás loco. Llegar a la meta de ser un agila y un gavilán.     

 

No preocuparse quién es el nuevo presidente. Pero si tener una visión y misión, nuevos retos, romper paradigmas, saber vivir, ser prójimo.

 


 

domingo, 8 de octubre de 2023

 

El gran debate: “Los candidatos vs los espejismos del post debate”.

 

Que difícil buscar el equilibrio entre la inteligencia y la sabiduría, la unión entre Dios y el hombre, ser el pueblo que necesita un pastor, el guía para caminar sobre las aguas. Donde la inteligencia sea sumisa a la verdad absoluta, a la verdad que es Dios.

 

Es difícil, pero no imposible para Dios, por cuanto el hombre es libre, en el libre albedrio para escoger y poder tomar una decisión, a su vez enfrentar las consecuencias.  Cuyas consecuencias se convierten en buenas o malas, negativas o positivas, de acuerdo al razonamiento que ejerce el hombre por ser libre, en pensamiento, pero esclavo de las concupiscencias de la misma libertad de la gran ciudad, la gran Babilonia.

 

Digo esto porque se vivió un acontecimiento democrático, que el pueblo lo esperaba dentro de los parámetros del código de la Democracia. Esperar el momento de un de debate presidencial, donde se exponen las propuestas de su futuro gobierno. Las ideas plasmadas dentro de un marco teórico, en función directa a su identidad, a la reciprocidad de una democracia de libertad y raciocinio, aunque sea en teoría.

 

Un debate donde se debatieron la imagen, el espejismo de una sociedad que no tiene norte, que vive porque todavía es gratis el aire, la ilusión de tener sed de vivir con dignidad, que lo bebes, sin efecto, todo sigue igual. Se midieron quien respira con el glamour de ofrecer el cambio, la solución de lo que puede ser, según el servicio de la razón, lo sé y sé cómo hacerlo, o de la sabiduría de poder escuchar el grito del inocente, el grito de ser libre, libre de las cadenas de la vida que mueres sin saber que tienes el cáncer del envejecimiento prematuro, el hombre sin Dios.

 

El gran debate representados por dos candidatos, Lista 1, Lista 2. La euforia que son la solución de que, no lo sé. No hubo el enfoque a defender la vida, defender la mueca de lo desabrido, defender la libertad.

 

Tres realidades por lo que el hombre debe luchar y defender, representa la luz o las tinieblas.

 

La luz representa la esperanza, la libertad, el despojo de las cadenas invisibles, el colirio para saber ver con los ojos del alma, de sentir el dolor y palpar el abrazo de la miseria de un holocausto, la inocencia de un niño, la misma familia que busca el pan y termina prostituyéndose, ante lo cóncavo y convexo de las leyes de la democracia, donde el hombre es Dios, se vive la oscuridad a pesar de ser día, el canto del gallo, los, laudes del amanecer sin Dios, el eco que desea ser escuchado.

 

Las tinieblas que es la vivencia de los espejismos del post debate, el análisis de los políticos, los demócratas, los intelectuales, los que se dicen intelectuales, así como los socialistas que son más capitalistas o los capitalistas que viven esclavos de la avaricia, de las leyes del mercado (oferta y demanda). La crítica convertida en una mercancía, en una idea sin fundamento, pero si bajo la lupa del valor de un voto democrático.

 

 Espejismos cero tolerancias, no hubo ganadores ni perdedores. Pero si respuestas del post debate: “Hay que mostrar el papel de actor de medio idiota, de un poco de estupidez”, para ganar una elección. Los espejismos de un pueblo en la miseria, pero con un valor mercantil, los movimientos y palabras de los candidatos.

 

La estupidez y la razón está por encima del dolor de un pueblo, del propio raciocinio, de no poder mirar que estamos viviendo en la oscuridad, que no hay luz. Se escucha un eco del Ministro de Energía que “Depende de Diosito” de estar en tinieblas.

 

Así son los resultados del post debate: Lo absurdo, lo incoherente, la estupidez y el culpable de lo irreal. Esperando tú respuesta, tú voto, sin importar tú opinión, tú verdad relativa.

 

La sabiduría es lo que vence a los espejismos políticos y democráticos. Es tú decisión. ¿Eres libre de verdad, para saber elegir?  o el ¿Miedo te sigue esclavizando y tienes terror a la verdad?


 

domingo, 1 de octubre de 2023

EL DERECHO A NACER.

 

La Diócesis de Loja, a través del Señor Obispo ha invitado al pueblo en general de participar en los cuarenta días de oración por la vida, decir NO AL ABORTO, sí a la vida, sí al derecho a nacer. Implica decir SI, tengo vida, tengo temor a Dios.

 

Al hablar del temor a Dios, nos referimos a la expresión dada por su Santidad el Papa Francisco “Nos recuerda que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, respeto y confianza en las manos de Dios”. Más que un concepto, filosofías, moralismo, es una experiencia de vida, una intimidad que Dios es Padre, es madre, es amor.      

 

El hombre, piensa, se imagina, da por entendido por su razonamiento e inteligencia que sabe amar, sabe querer, y, tiene derechos para hacer un camino sin huella, con proyectos de metamorfosis de inteligencia a inteligencia artificial, respuestas frías, sin el afecto humano, de una palmeada, de una palabra, animo, confía en Dios.

 

Se crea una dureza de corazón, de generalizar y construir una impronta social acerca de tener derecho, la verdad que no es verdad absoluta, pero tengo un derecho, similar al celo enfermizo, de proyecciones y afirmaciones de lo que es mejor y conviene.

 

 

 

Con estas afirmaciones de los derechos. Como persona tiene el derecho de ser, tiene el derecho a saber vivir, tiene el derecho amar, tiene el derecho a soñar, tiene el derecho a emprender, tiene el derecho a levantarse de mil caídas que da la vida, tiene el derecho a dejar huella.

 

Pero no se puede vulnerar la vida como derecho, tomar decisiones por emociones, de permitir que las pasiones superen al raciocinio y dejar que muera la esperanza ante cualquier inconveniente, problema o circunstancia que se dan por los propios miedos que están presentes en el diario vivir.

 

Se debe defender la vida como un derecho, porque el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, la libertad de actuar por raciocinio, conciencia y misericordia. Un trípode que se basa en la Fe, la conversión, la buena noticia, que Dios ama al hombre y ha dado a su hijo para que muera por el hombre, dejarlo libre de la muerte óntica, la muerte del ser. Venciendo a la muerte, la resurrección.

 

El verdadero derecho a nacer es vivir la resurrección, pasar de un ateísmo irracional, de una religiosidad natural, de un Dios castigador, a la plenitud de vivir la creación, de dar, servir, ser un donado al prójimo. Permite defender a la vida, donde la sabiduría emite discernimiento para actuar en el diario vivir.

 

La vida da vida, la muerte da muerte, con sus respectivos derechos. Se presenta el peligro cuando la pasión, el deseo, la concupiscencia, se sube al balcón de la torre de Babel, socavando al amor, a la vida. Nace la prostitución de la propia razón, el egocentrismo del YO, mi derecho, la sentencia de matar al inocente, no conocer el dolor y cavar su propia tumba, con palabras sin sonido.

 

Mientras está la fiesta de los placeres, la razón. Preguntan ¿Dónde está tú Dios?, Dios está ahí, sufriendo con el inocente, mientras se encuentra luchando por sobrevivir a una sentencia, gritando tengo derecho a nacer. Con el mismo derecho que naciste años atrás, hoy ejecutaras una decisión de muerte.

 

Pero existe la esperanza de frenar, parar la muerte. La oración, a tiempo y destiempo, la voz del inocente que llega al cielo. Una voz que ha cumplido una misión en la tierra, Cristo vive, vive en el pobre de Espíritu.

 

Simplemente estamos llamados a una conversión, hacer la voluntad de Dios, que la razón no se olvide que un día fue inocente. Se dio la decisión de la madre, en dejarle nacer, el derecho a la vida.