lunes, 30 de enero de 2023

 

“Pasa en las mejores familias, no se preocupen”

 

El Ministro del Interior acompañado del Comandante de Policía y otro oficial, se encontraban realizando una rueda de prensa, su escolta sufre un desmayo. Se genera la expresión “Pasa en las mejores familias, no se preocupen”.

 

Expresa el sentir del hombre frente a un suceso de vida o muerte, el reflejo del hombre ante una sociedad secularizada, donde importa la imagen, el poder político, económico, la directriz a seguir bajo la vulneración de los valores de familia, el amor al prójimo.

 

Estamos en el siglo XXI, la exigencia de vivir con la comodidad de un confort cultural, de una verdad sin fundamentos, simplemente de un razonamiento matemático, lógico, esquemático, la inteligencia valorada en hechos individuales, resultados míos propios, generando el egoísmo, la lucha de sobrevivencia, de llegar a la meta sin norte.

 

Un problema serio del hombre, de vivir la frialdad, que va entrando a una eutanasia la educación de la familia, la muerte sin dolor de su propia identidad, para abrir la puerta del conocimiento, conquistar al tiempo moderno, la nueva arquitectura, el diseño sin corazón, sin el sentimiento de sazón de familia, el aroma a casa, entrar a vivir sus sabores de la conquista y terminar en su propia esclavitud, la inteligencia por encima de la sabiduría.

 

Tenemos las nuevas huellas, delicadas, sencillas, sin profundidad, donde el caminar es un camino lizo, sin experimentar las caídas y levantadas, la experiencia, el título de la universidad de la vida. Se ha perdido el cortejo, de visualizar la expresión de la creación de Dios, la sublimidad de una palabra, de estrechar la mano, el coraje de vencer los miedos, aprender a soñar con realidades, de beber el agua cristalina, Dios en la vida del Hombre.

 

La realidad del nuevo hombre, con los vacíos de temor a Dios, desechar el Espíritu, el amor al prójimo, quedándose en un solo carril, las vías del conocimiento científico, la hipótesis comprobada, la teoría, sin buscar la otra cara de la moneda, el complemento de la unión, la comunión, el puño de poder servir, el trueque de un desarrollo competitivo.

 

Desechado la otra cara de la moneda que representa el éxito total del hombre, porque construyes familia, valores. El hombre con integridad, preparado para abrir la puerta a lo desconocido, de romper paradigmas, construir en los cimientos de la familia en: Fe, Esperanza y decisiones a tomar.

El verdadero éxito basado en el trípode: Dios, familia, sabiduría. El complemento real para que el hombre deje el egoísmo de vivir para sí mismo, la soledad que cala en su actuar diario, el suicidio de sus sueños, la expresión de ser uno solo, ser prójimo, basado en el conocimiento, experiencia y servicio.

 

Es posible vivir la conversión, la muerte del hombre viejo, la buena noticia, que Dios es padre, amor. El padre que espera al hijo prodigo, el que pidió la herencia como un derecho, el merecimiento de un mercantilismo de los placeres, la vanidad de vanidades. El nuevo hombre libre, recuperando su identidad, la nueva luz, el faro para navegar por nuevos mares.

 

Todo es posible, si en mi voluntad dejo que Dios entre a mi vida, muriendo para que el otro pueda vivir, el nuevo amanecer, el nuevo sabor, el nuevo tejido, el camino del éxito con huellas profundas, que las nuevas tempestades no puedan borrar, el nuevo alpiste de sabiduría. 

 

Con la experiencia que Dios es padre, con una familia reconstruida, experimentando el amor de prójimo, ya no expresaría el hombre “Pasa en las mejores familias, no se preocupen”

martes, 24 de enero de 2023

Cual tiene la razón. ¿La verdad o la sabiduría?

 

El hombre siempre se preocupa de buscar, de tener la verdad, para lo cual sigue caminos estrechos, de razonamientos lógicos, para demostrar que hay una verdad, de lo vivido, la experiencia y las decisiones tomadas. El giro de lo que es y no es; de la tristeza y la alegría, de la oscuridad y la luz.

 

El razonamiento apoyado en la verdad, una verdad relativa que poco importa a la sociedad, que abre los surcos, para sembrar la semilla, pero no hay fruto porque falto lo esencial de la verdad: la fe, amor y esperanza. Tres variables que se unen para ser una sola voz, la voz de expresar la luz, que ha llegado para iluminar el nuevo camino, de seguir la huella de pasos firmes, los pasos de Dios.

 

Es la verdad que Dios existe, se nace para morir, que el hombre debe pasar por tres momentos esenciales de la vida: enfermedad, vejes y muerte. En su tiempo de juventud no palpa de la realidad, que la vida pasa. No hay el pare para meditar, el razonamiento de buscar respuestas ante la enfermedad y muerte. Hay una verdad, “que morimos”.

 

El miedo a morir, el hombre se sumerge ante los vicios de la vida, el egoísmo de ser Yo, mi verdad sin eco, sin sonido, que es llevado por el viento, al mismo infinito. No hay respuestas, una soledad de compañera. Tú verdad, mi verdad, el capricho de imponer una razón sin fundamento, la mentira con demagogia, la ira de matar al dolor de una impotencia, de una verdad sin verdad.

 

Al final llega la vejes, hay respuestas a tú verdad de juventud, a las promesas políticas del momento, que el pueblo es engañado en su propia verdad, esclavo de sus pensamientos, queriendo conquistar el mundo sin revolución de educación, más con la pasión de una verdad. La ignorancia que hecha raíz a la voluntad, a la esperanza, para sofocar a la sabiduría y vivir por la inteligencia de hombre, la verdad académica.

 

El desprecio que da el hombre a la sabiduría por mantener una verdad que parece ser sabiduría, la virtud de la inteligencia sin amor al prójimo, de construir la torre de Babel, ser Dios. El éxito en primera persona, la competencia de un mercantilismo, la herencia para las nuevas generaciones, de asegurar el pan de lo incierto, el engaño de querer comprar la vida.

 

Llega la pregunta real que el hombre se hace en el ocaso de la vida, cual tiene la razón, ¿La verdad o la sabiduría? El llanto de la amargura, luego de recorrer, caminar, quedan las cuatro paredes de una casa sin olor a familia, de palpar la muerte física, de un familiar, amigo, vecino o ´de tú propio padre e hijo.

 

Llegan los monólogos de preguntas y respuesta. Valió la pena construir inteligencia, astucia, viveza, y sepultar familia, la sabiduría, los valores e integridad. Una situación dura de ser juez y parte, determinar si hay verdad ante las injusticias sociales creadas por el propio hombre, por la ansiedad y avaricia del poder.  Un poder que ha discriminado lo sublime de la vida, pero el coraje para vencer la guerra de conflictos “la sabiduría de Dios”.

 

Circunstancias reales para determinar que es justo, que puedo cambiar o aprender a vivir. Hay respuestas sí dejo entrar el discernimiento en el corazón del hombre. Nace la sabiduría que se debe unir a la verdad del mundo, para revivir el origen del hombre, la luz.

 

Respuestas en el libre albedrío, determinado que el hombre sin Dios, está muerto, no hay sabiduría, muere la FE y la Esperanza.

 

 

 

martes, 17 de enero de 2023

 

La vida es para saber vivir.

 

Pensamos que la vida de los abuelos fue mejor, no existía el dolor, el sufrimiento, la corrupción política, la viveza criolla. Pero si revisamos la historia con la sabiduría, eliminando por un instante la inteligencia de hombre, podemos visualizar la realidad, la sobrevivencia frente al poder económico del momento.

 

Sí queremos determinar diferencia alguna entre el ayer y el hoy, podemos sumar la era tecnológica, la comunicación que fluye a la velocidad. El pasquín utilizado para hacer daño al hombre, abarcaba un perímetro, ese mismo pasquín que fluye en las redes sociales se expande satíricamente con un daño moral a mayor escala.

 

La maldad del hombre siempre ha estado ahí, en el corazón, en su propio pensamiento, desde el mismo momento que se aparta de Dios, sustituye la sabiduría por la inteligencia, la luz por la oscuridad, la serenidad por el capricho, la humildad por el prestigio. El coraje de pisar al hombre, de hacer sentir el poder, quien da la orden y quien debe acatar, con el privilegio de imponer la razón.

 

No podemos decir que el ayer fue mejor, todo es relativo al momento, al descubrimiento y la conquista. El dolor, el grito de impotencia siempre será el mismo, talvez con la diferencia del abrazo de la solidaridad, el abrazo del amigo, el abrazo de la esperanza.

 

Experimentar la muerte de un ser querido siempre ha estado ahí, con la diferencia que se descansaba en la palabra de Dios, hoy se descansa en la razón, la loca de la cabeza que genera la muerte de la existencia, “Quién es Dios” “Quién soy Yo”. Diferencias que marcan en las huellas del ayer, con la huella que pretende dejar hoy.

 

La soledad del hombre, el sentimiento de la tristeza por la carencia de un afecto, de una palmeada de la mano de Dios siempre será igual, porque es una decisión que el hombre toma frente a su realidad, a su capacidad de amar, a su capacidad de vivir el momento o quedarse en la nostalgia, añorando lo que fue, lo que pudo ser o la fantasía de lo imaginario.

 

Es el discernimiento del hombre que determina que hacer frente a la soledad, dolor, muerte, enfermedad y vejez. Circunstancias que el hombre debe pasar, que no se puede esquivar, pero si enfrentarlos no con poder, pero si con la fortaleza y la esperanza que son tiempos de purificación para entrar en la voluntad de Dios.

 

No podemos decir que el ayer, la historia es mejor que hoy. Sí hay diferencias, en conocimiento científico, en los descubrimientos. Pero los sentimientos siempre han sido los mismo, lo que ha cambiado son los actitudes y aptitudes de saber enfrentar a tal acontecimiento o las destrezas a desarrollar frente a la carencia de las necesidades.

 

Podemos decir que hoy el hombre vive una soledad, encarcelado en su propia razón, la justificación de no poder vencer al NO. El miedo inminente de su egoísmo, de siempre ser el primero, el YO, la avaricia de los afectos que se encuentran escondidos en el sentimiento de no expresar y no saber vivir el amor.

 

La realidad que el hombre se satisface en la muerte de su SER, en la miseria de un hombre sin identidad, sin el faro de un nuevo norte. Es la vida de la ciudad, el consumismo, la libertad de una familia destruida, pero con los perfumes de marca, que tratan de cubrir la enfermedad, la enfermedad de la autoestima, la depresión de un razonamiento sin Dios.

 

El ayer es historia, si lo viviste bien, si no lo viviste es el sueño fugas. Queda el presente, el hoy, para enrumbar, el nuevo camino con las enseñanzas de los tropiezos, caídas. Nuevas huellas de poder y sabiduría, para entrar al servicio, de servir al prójimo.

 

El tiempo es el mismo, tú decisión es el que te hace vivir la aventura del aprendizaje, la sabiduría de Dios.

jueves, 12 de enero de 2023

 

¿Qué emprendo, qué estudio, que sueño…?

 

La Ciudad de Loja tiene tres universidades con sus respectivos Campus, de ofrecer carreras técnicas y sociales, a la Juventud de la Ciudad y Cantones. El conocimiento al alcance de la juventud de toda la Provincia, presentándose una migración del campo a la ciudad, con el objetivo de ser alguien en la vida.

Pensamiento de obtener un título garantiza un empleo seguro, el empleo que reactiva la economía local y nacional. El pensamiento sin identidad de familia, sin identidad de emprendimiento, de romper paradigmas, de vencer el No para abrir la puerta del éxito, la puerta de nuevos vientos, de hacer empresa.

Con el pasar del tiempo, de varios inviernos, se empieza a palpar la realidad si la Ciudad de Lojana necesita tres Universidades compitiendo entre las principales carreras como: Economía y Administración de Empresas. Profesionales que deberían estar en la capacidad de emprender, de aprovechar las fortalezas de cada Cantón para ser competitivo creando valor agregado.

 

Viene a la memoria la pregunta ¿El Joven sueña, se plantea objetivos? En qué momento empieza a tejer la realidad ¿Quién soy Yo? Hay culpables o dejamos que la ambición de los placeres domine la mente y desquebraje la familia como los cimientos de un crecimiento y desarrollo de la localidad. En fin, que ha pasado con la Familia y la Universidad han podido ejercer como una impronta para que el Joven emprenda y empiece hacer camino.

 

Donde están los conocimientos adquiridos, qué barrera o telón no deja que florezcan la alegría de cada amanecer, no se cuaje el coraje con el conocimiento, el sueño con la decisión, la inteligencia con la sabiduría. Es la pregunta que los adultos, las Familias, las Universidades debemos preguntarnos qué está pasando, donde hay que realizar una acción correctiva, sin la mentira de la política moderna, de ser demagógica, mentirosa y de jugar con las ilusiones y sueños.

 

Si siguen pasando los inviernos, llegará el momento que no haya primavera, que el joven deje de soñar, no le interese romper paradigmas, tener retos. Ha invadido el confort de un merecimiento sin fundamento, una esclavitud a los juegos informáticos, la aplicación del entretenimiento, la era de los dispositivos electrónicos. La realidad que está a la puerta, la luz amarilla, el aviso para cambiar los rieles para la llegada de un nuevo tren.

 

Es hora de unirnos, de aportar con un grano de arena, que el joven siga soñando, siga imaginando, mejorando y terminando los sueños de los padres, abuelos. La falta de coraje de ese entonces no pudo saborear los frutos dulces.

 

La nueva generación, la juventud, estudie la necesidad de su entorno, para crear un valor agregado, el servicio de servir con la gratitud del esfuerzo y el coraje. Emprender en cubrir una necesidad, vincular todos los sectores para transformar la materia prima en un producto, la identidad del joven, el peldaño para soñar.

 

Sí el joven empieza a soñar, se ha encaminado para ir construyendo camino, ganándole al miedo del fracaso, el visionario que la ciudad, el pueblo necesita para ser trabajada la tierra, labrada y sembrar la semilla. Llega el momento de la cosecha para saborear el fruto dulce del coraje, esfuerzo, constancia, seguridad.

 

El joven emprenderá, estudiara y seguirá soñando, cuando el Adulto haga lo mismo, deje la tierra labrada, lista para la siembra. Soñando lo real, la identidad reconstruida, de saber a dónde voy,  con una libertad de sabiduría y discernimiento.

 

Listo para nuevos retos para conquistar el mundo cimentada en la familia, la unión del conocimiento y la experiencia, la herencia a dejar para las nuevas generaciones.

 

 

 

lunes, 2 de enero de 2023

El año nuevo de las oportunidades.

 

Empezar un nuevo año, es emerger de acontecimientos, que de una manera permite crecer por una experiencia obtenida, pero también puede ser considerada como un mal gusto de la vida, por cuanto no es necesario pasar por tal suceso de dolor. Pero la vida es un misterio que actúa sin tiempo, sin previo aviso, simplemente es la decisión del hombre de actuar con sabiduría.

 

El inicio de un nuevo año, representa lo vivido, de los aciertos, errores, en función directa de lo planificado, de los sueños que se tenga y las ganas de querer llegar a la meta. Dependiendo del esfuerzo que haya o quedarse de un espectador, un crítico sin ser actor de la obra, de la historia que construyes.

 

El nuevo año es enterrar los viejos recuerdos, la falsa identidad que no deja mirar la verdadera realidad, las oportunidades que hay, que están esperando ser conquistados. Que se necesita la pizca de sal, para dar el verdadero sabor a la vida. La sal que representa morir a la razón a la inteligencia, para volver empezar con nuevos vientos, con nuevos retos, de vencer los miedos, actuar con sabiduría, la sabiduría de Dios.

 

Vivir el nuevo año, es construir ya los sueños con las realidades de hoy, con el fortalecimiento de los talentos, de luchar contra el destino, abrir la puerta del éxito con el coraje que “si puedo”. Ya no vivir en la tibieza, ser río o mar, ser viento o huracán, ser frío o caliente, ser vida. Dejar ser tumba, el aposento del fracaso, hay que levantarse para ser el conquistador de la propia vida, descubrir al campeón que está dentro de uno, listo para empezar la expedición, llevando el equipaje de ESPERANZAS, de encontrar las huellas Dios, el arco iris, el amanecer del éxito, el regalo perfecto.

 

El brindis del nuevo año, el brindis de los buenos deseos, el brindis de vencer los miedos de dar nuevos pasos. El brindis para caminar por los caminos pedregosos, donde las tristezas se conviertan en alegrías, de mirar al dolor como el motor para embragar y cambiar de cambio, el cambio de la fuerza, para subir la cuesta de los pesimismos, vencer los espejismos y mirar el faro de la luz, que hay una ESPERANZA, el nuevo amanecer, el aire fresco para seguir construyendo camino.

 

Estrechar la mano en el nuevo año, dejar de vivir el ateísmo del ayer para estrechar la mano de Dios, el nuevo éxodo, de poner en marcha, de pasar a la otra orilla, la tierra prometida para ser labrada. Empezar a vivir la primavera, el momento de la siembra, que muera la semilla para recoger los frutos. El brindis de la nueva cosecha, el fruto de la vida, el fruto de la FE, el fruto de la conversión.

 

La fiesta del nuevo año, la alegría de escuchar la voz de la conciencia, la alegría de compartir, que Dios existe, no se lo ve, pero se lo puede tocar. Está en el prójimo, en el débil, el que necesita tú pizca de sal, la sal de la alegría, que hay una ESPERANZA, saber esperar que la primavera llega.

 

El año ha terminado, ha llegado el nuevo año, el tren de las oportunidades, de vivir la vida con la intensidad del coraje, cerrar la puerta de los pensamientos negativos. Vivir el presente con tus propios aciertos y herreros, venciendo las adversidades propias y ajenas, recuperando identidad.

 

Al final de todo, el año nuevo será todos los días, hay un amanecer y un atardecer. La primavera de la vida la construyo Yo, decido vivir o morir, vivir el nuevo año o seguir con el ayer encerrado en el razonamiento sin lógica.

 

Te deseo un Feliz año nuevo con la sabiduría de Dios.